Un día cualquiera en Kenya
Historias de África
www.fundacioncronosvidaycultura.org
Un día cualquiera en Kenya
Autor: Raúl Estañol Amiguet
Buenos días desde Nairobi
Ayer fue otro día duro de trabajo, Pere quedó en el hotel preparando los formularios de subvenciones del Ayuntamiento de Valencia, sobre el Congreso, el día anterior por la noche estuvimos ultimando el formulario de Slum Soka. Por mi parte marché a Kibera con Kevin, una contraparte que poco a poco va asumiendo el liderazgo que debe mantener, para que podamos conseguir ayudar al máximo a esta gente tan pobre. Aunque algo deseo reseñar y es que dicha ayuda es estéril si continuamos dotando la ayuda de la humildad que acompaña las tristes vidas de estas personas: “Menos humildad y más calidad en las actuaciones”.
Ayer comprobé insito como Kevin y los niños se pegaban una paliza tremenda para mojar el polvo de ese pequeño campo, que nombran campo de fútbol, el cual mantiene estáticos, próximos a los frágiles cuerpos de los niños huérfanos, los salientes cortantes, que delatan futuras heridas, heridas contagiadas por la miseria del entorno, por la suciedad, la mugre y el lodo contaminado de las aguas estancadas. Esto no es una ciudad, esto es la más profunda ladera de un barranco, donde el camino se forma por rocas embarradas por el transitar de la gente.
Una sorpresa me aguardaba el día, Jhon, campeón de Nairobi de boxeo, en la categoría de pesos pesados, me invitó a que viese su gimnasio –Es posible que el proyecto Slum Soka, me permita un gimnasio para poder entrenar y enseñar a los niños, ¿quieres ver mi gimnasio?--. Yo, habituado al terreno, aun-que prometo que nunca insensibilizado por este lamentable “escaparate “, que se nos muestra para tener un mínimo resquicio de caridad nuestras aco-modadas mentes occidentales, me ofrecí encantado aunque en espera de cualquier aberración. Ascendí por unas piedras sucias, atravesamos lo que simulaba aparentar chabolas, aunque aquí en lo más profundo de Kibera, esto ya no son chabolas, sino restos de ellas formadas por los retales más variopintos de los diferentes materiales de basura industrial.
Por fín llegamos, la puerta era pequeña, su interior igual de estrecho, con unos tres metros de largo, aunque eso sí, el suelo no se debería de definir así, era simplemente la continuación de la ladera rocosa, entre piedras observé a primera vista dos pares de guantes de boxeo, unas mancuerdas artesanalmente construidas de lo que parecian materiales plásticos, y un banco pequeño en la única posibilidad de colocación del lugar.
A mi vuelta al pequeño campo observé como se llenaba de niños y niños, hoy es sábado, es día para realizar la llamada a los niños, para que no transiten por las peligrosas calles de kibera, para que tengan un respiro en un sano punto de encuentro. Sano, disculpad la demagogia, no debe de ser propia de mis palabras, aunque mejor esto que el transitar esnifando cola, que las drogas, que la prostitución infantil,…
Tras una cena, ayer sábado en el restaurante etiope “Abesha”, con el padre Thonyy Amisha, una nueva noticia nos llenaba de nuevas esperanzas, sobresaltos y angustias apagadas. Recordad que Fundación Cronos Vida y Cultura nació hace apenas diez meses, en la humildad de un grupo de personas muy dispares: unos ideamos lo que debía de ser una casa para todos, otros creían en mis palabras, otros simplemente queríais conocer algo más. Lo recordáis no… Bueno pues, también debemos de sentir pequeñas satisfacciones, la alegría de que no vamos tan mal encaminados, de que algo se puede hacer además de justificar intelectualmente ciertos proyectos de desarrollo. Voy a intentar explicarme mejor:
“En África, más concretamente en uno de sus países estancados: Kenya, parece que exista un progreso inminente, ello es constatable por el bullicio de sus calles, por los numerosísimos mercados locales, por el esplendor de sus aseados centros comerciales, por los atascos provocados por autos nuevos. Ello puede confundir la visita del curioso turista, aunque quien se adentra en otras realidades descubre un inmenso mundo de miseria, unas bolsas de pobreza enormes, las cuales no tienen trabajo, ni ningún tipo de garantías de conseguirlo. A ello debemos de definir que Nairobi es su capital, donde existen innumerables zonas de chabolas, donde se vive en situaciones infrahumanas, siendo Kibera únicamente su mayor exponente. Fuera de Nairobi las carreteras empeoran, las zonas pobladas son simples zonas de chabolas. En Kisumu el comercio desde el Lago Victoria se hundió inminentemente en la década de 1970, provocando el estancamiento económico en dicha región, donde las zonas rurales brillan por la falta de recursos, por la falta de esperanza y de cualquier tipo de progreso material.
Aquí radica el mal mayor: en la falta de recursos, la cual solo es suplida en Nairobi, aunque verdad es que de forma muy precaria. La falta de recursos puede constatarse en la simple manguera que permitiese a Kevin y a los niños mojar el precario campo de fútbol, en la herramienta que permitiese eliminar los salientes cortantes; en un local para poder des-arrollarse Slum Soka Cultural, y que las niñas no tuviesen que danzar en las estrechas callejuelas; en el tétrico gimnasio de Jhon, todo un cam-peón; en el aislamiento que sufren zonas tan cercanas a Nairobi como Kayole, en Ruai, donde los supuestos campesinos no tienen recursos ni para comer, a treinta kilómetros de la ciudad; en la falta total de medios en la lejana Kisumu, donde estamos proyectando ayudar a una comunidad de campesinos, en una tierra muy fértil, con mucho agua y mucha malaria, donde predomina el arroz, aunque donde la pobre gente, otra vez sin recursos, se ve abocada a vivir en la más absoluta miseria.”
Volviendo mis pensamientos a la cena con Thony Amisha, nos ofrece unos terrenos en Ruai, cosa que enorgullece nuestros logros. Recordad que en Kibera hemos comenzado el proyecto de Slum Soka Sport, al cual va a seguir el de Slum Soka Cultural, el cual nuestra contraparte comienza en abril de este año. Cris de Care Highway nos propone donar el 50% de un terreno de 320 metros cuadrados, para construir conjuntamente en Kibera, es un muy buen terreno, a orilla de calle asfaltada y arriba del barranco, Chris nos lo ofrece ante mis reiteradas peticiones de local para los proyectos que vamos a desarrollar conjuntamente en Kibera. Es muy interesante el proyecto en común, ya que el proyecto que llevamos en conjunto: coordinación de ong’s en Kibera, veo interesante que sea relanzado desde Slum Soka, ya que el deporte es bien visto por toda la comunidad y es integrador.
Recordad también que Lynette, nuestra contraparte más conflictiva. Aunque digno es reseñar a su marido Caleb, ya que es el verdadero donante y muy interesado en el desarrollo de su comunidad en Kisumu, nos dona unos terrenos de 1600 metros cuadrados, los cuales consideramos muy interesantes para comenzar a construir un orfanato, con una pequeña escuela de preescolar, este sería el proyecto en zona rural. Y ahí entra la donación de terrenos por parte de Tony, ya que nos dona 16.000 metros cuadrados en Ruai, en una zona no tan fértil, diría semidesértica, donde el agua pública llega muy irregularmente, y donde es carísimo sacar agua del subsuelo, aun-que las dimensiones del terreno y la cercanía a Nairobi se deben de tomar en cuenta.
Amigos, es inminente el comienzo de los proyectos. Por lógica solo dos proyectos tienen cabida, ya que en construcción, por los acertados logros perpetuados, debemos de conseguir 60000 euros, para la construcción de cada uno de los dos proyectos. Como bien diría un amigo nuestro: ANIM!!!!!!!!!
Es necesario que nos marquemos nuestras primeras metas, aunque no sin entender la dificultad. Recordais a Jhon, sí, Jhon murió un año después, en manos de un grupo de 15 keniatas enfurecidos, en una noche embriagada, una noche enloquecida.
Un único pensamiento me resta;
“Conseguir construir un futuro, una esperanza para esta gente tan agradecida debería de ser posible”
https://www.facebook.com/FundacionCronosVidaYCultura
Volver