La Equivocación de la Ayuda Humanitaria en zonas no catastróficas de África,
Notas sobre la Cooperación al Desarrollo
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La Equivocación de la Ayuda Humanitaria en zonas no catastróficas de África
Autor: Raúl Estañol Amiguet
“Yo también pequé, sí, yo también viajé a países de África a realizar ayuda humanitaria donde no se debía”. “Muchos recuerdos gratos me reviven al recordar los rostros de aquellos africanos pacientes, con semblante dolorido, y siempre agradecidos”. En aquellos momentos creí ser el salvador de África, el bienaventurado que acudía en su auxilio. Participé en expediciones médicas que brillaban tanto por la voluntad de sus colaboradores, como por el desbarajuste de su organización. Clínicas itinerantes recreadas en los lugares más insalubres. Búsqueda de enfermos, con la voracidad del santurrón sanador. Incomprensión de los humildes, que nos observaban como esperanzas ambulantes, difuminadas en nuestra repentina marcha. Por las noches, en aquellas tierras lejanas, donde la arena del desierto se adentraba en la terraza del bar-chabola, la cerveza, Guiness, negra y áspera, reconfortaba los logros en la atención médica. Las sonrisas, nuestras miradas cómplices, nos sumían en satisfacción grupal. En la profundidad de la noche apacible y estrellada, reflexiones llenaban la intimidad de nuestras mentes: ¿Qué sería de estos pobres moribundos sin nuestra inestimable ayuda?, ¿sin nuestra consciente búsqueda de la penuria de sus extrañas enfermedades? ¿Consciente? Nos consideramos conscientes por nuestra educación, por la facilidad de prosperar en nuestras vidas occidentales, por pertenecer al bando “consciente” de quienes acuden altruistamente a ayudar a los desfavorecidos. Aunque mis pensamientos más profundos me transportaban a rememorar nuestra inconsciencia, marcada por las circunstancias cercanas, la cual nos hace ver normal aquello que acompaña nuestras vidas, aquello que simplemente marca las pautas de nuestra conducta. La misma inconsciencia de nuestra mente, atada a las circunstancias de nuestras carencias, que nos conduce a realizar actitudes dantescas, que alivien nuestros desconcertados sentimientos.
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