Las Sombras en la Eficiencia Energética
Denuncias sobre lo Indenunciable
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Las Sombras de la Eficiencia Energética
Autor: Raúl Estañol Amiguet
La Eficiencia Energética se encuentra al alcance de nuestras manos. La tecnología ha alcanzado una elevadísima cuota de desarrollo, brindándonos la posibilidad de un futuro que podría alcanzar enormes cotas de desarrollo humano. La velocidad de las innovaciones en las nuevas tecnologías, nos obliga a reflexionar sobre si estamos construyendo un mundo mejor, o si esta vez la sociedad civil también perderá la puja sobre la universalidad de las fuentes de energía renovable.
Las energías no renovables se resisten a ceder el camino a las energías renovables. De todos modos, las energías renovables son más sanas, limpias y sostenibles en el tiempo. Aunque las energías renovables aún no son totalmente apoyadas por los intereses del sistema capitalista en el cual estamos inmersos.
Las grandes corporaciones dominan el mercado energético, mediante oligopolios y “lobby”. Cuando hablamos de oligopolios nos referimos a pocas empresas que aúnan intereses comunes. Agrupando su poder y persuasión en contra de todo aquello que les represente un obstáculo a la consecución de sus objetivos. De este modo, van a luchar con todas sus fuerzas por el mantenimiento de los privilegios que suponen la explotación de energías y el control del precio que cobran a la ciudadanía, por su producción y distribución.
Una parte del engranaje les faltaba a los oligopolios para el control total del mercado energético. En las democracias actuales, gran parte del poder pertenece a los grupos políticos. Los partidos políticos se reparten el poder, sobre el cual demandan control las corporaciones empresariales, las cuales pretenden dominar las fuentes de energía.
Un nuevo concepto surge como definición del logro de las grandes corporaciones: puerta giratoria. Dicho término deviene del inglés: “revolving doors”. En Francia, el término acu-ñado cambia por el de “pantouflage”. En Japón, el término acuñado: “amakudari”; aunque digno es destacar que el gobierno de Aukio Hatoyama ha prohibido a las grandes corporaciones dicha práctica, por las numerosas críticas ciudadanas.
El hecho es sencillo y curioso: los políticos, al dejar de ocupar sus cargos de responsabilidad en las carteras ministeriales, son contratados por corporaciones empresariales, con sueldos elevados y, en apariencia, escasas responsabilidades de trabajo (asesores). Más curioso es el observar que las corporaciones empresariales energéticas, o sea, las que pretenden dominar todas las fuentes de energía, son las principales interesadas en dicho pacto.
Nuestros gestores políticos, sin importar el signo político, ni el pudor ideológico, caen encantados y sumisos, ante la llamada de las corporaciones.
Numerosos son los líderes que se prestan a la participación en el tráfico de influencias, dejándose fichar por los diversos postores. A modo de ejemplos extensivos, aunque no limitativos, en Endesa se fichó a José María Aznar, Elena Salgado, Miquel Roca, Luís de Guindos, Pío Cabanillas, Rodolfo Martín Villa; en Iberdrola a Ángel Acebes y Ramón de Miguel; en Gas Natural-Fenosa a Felipe González y Narcís Serra; en Enel a Pedro Solbes; en Red Eléctrica de España a José Folgado, Luis Atienza, Miguel Boyer, Ángeles Amador; en Abengoa a Ricardo Martínez, Alberto Alza (exjefe de la casa real), José Borrell; en Acciona a Pío Cabanillas, Javier Solana, Carmen Becerril; en Petronor y Repsol a José Jon Imaz, expresidente del PNV, y más...
Que curioso resulta en manos de quienes nos encontramos, y lo manipulables que son aquellos a los que les dimos nuestra confianza en la cita a las urnas. Claro queda, que la maquinaria del capitalismo no deja nada expuesto al azar.
En España nos encontramos en un momento delicado. Desde el 2011 se habían abierto las puertas a la alternativa de que pudiésemos producirnos nuestra propia energía, con la ventaja de que además era mediante energías renovables, como la fotovoltaica. Aunque los “amos de la caverna” ya han comenzado sus tramas, mediante algo tan irracional como la subida del coste fijo de la factura a pagar por el consumo de energía, ignorando sus propias recomendaciones de beneficiar a quienes menos consuman. Además, destacar la manipulación que están realizando del concepto del “peaje” en cuanto a la generación y custodia de la energía fotovoltaica, de autoconsumo. Todo ello, ante la vergüenza de un engaño anunciado, ante nuestra propia desesperación, de incrédulos ciudadanos.
Esperemos que tanta perversión no les lleve a patentar el Sol,
el viento, el agua o cualquier otra fuente de energía.
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