Capítulo 4. Las estrategias de poder antes de la Modernidad.
Autor: Raúl Estañol Amiguet
Un repaso de Historia. Otras relaciones de poder en el nacimiento de la Edad Media.
Para analizar la época actual, el pensamiento modernista y el modelo económico, social y político contemporáneo es conveniente hacer un análisis diacrónico sobre el modelo anterior: el sistema feudal, sobre su origen, su pervivencia y su decadencia, la cual se produjo por múltiples intereses contrapuestos que se desarrollaron en el Siglo de las luces, eclosionando en la Revolución Francesa.
La Edad Media surgió tras la caída del Imperio Romano y la llegada de los pueblos bárbaros al Mediterráneo, los cuales fueron asentándose paulatinamente en toda Europa Occidental, mediante una organización territorial, sobre todo la religiosa, que se basó en la organización romana, más concretamente en la renovación administrativa-territorial rígidamente jerarquizada, creada por Diocleciano y consolidada por Constantino I; con unas características definidas en la base de endebles monarquías, las cuales heredaron, a veces de forma violenta pero muchas de forma pacífica, la autoridad y funciones de la administración del Imperio Romano de forma paulatina en los distintos territorios. Para una mejor definición del proceso y del sistema feudal analizaré con un poco más de rigor la caída del Imperio Romano y de su civilización, sus verdades y el porqué de las peculiaridades del sistema feudal:
La caída del Imperio Romano de Occidente, frente a la continuación de Bizancio, hasta el s. XIV se produjo por múltiples causas, en primer lugar, convendrá explicar que el clima empeorará durante el s. III a un ritmo constante, más frío y húmedo; existiendo abandono de las tierras por las guerras, la pérdida de cosechas y la peste. También a partir de este siglo las villas romanas coloniales eran abundantes cambiándose de asentamiento de las mesetas a los valles; creciendo las pequeñas granjas familiares por uso agrícola. La penetración y asentamiento de bárbaros en Occidente constituyó realmente un proceso larguísimo, desde finales del siglo II, con las primeras presiones de germanos en tiempos de Marco Aurelio; siendo fecha importante el año 376, año de las primeras invasiones con la entrada de los visigodos en el Imperio. La penetración de los bárbaros en el Imperio podría deberse tanto a entradas toleradas, como a invasiones, para instalarse en el Imperio, huyendo de presiones de otros pueblos germánicos o asiáticos, o huyendo de la hambruna. El Imperio aprovecha la entrada de estos contingentes para, mediante acuerdos diversos, convertirlos en tropas al servicio de Roma. Antes de continuar con el relato de las invasiones, será importante considerar el año 395, fecha en la que el emperador Teodosio legó a sus hijos el Imperio dividido en dos partes (Oriente, con capital en Constantino, y Occidente, con capital en Roma). Otra fecha importante, el año 396, en la cual se produce la entrada de hunos en Dacia y la cuenca de Panonia, que provocó presiones en otros pueblos germanos que penetraron en el Imperio: vándalos, alanos, ostrogodos, visigodos, suevos, pictos, sajones, escotos (estos tres últimos en Bretaña) y los hunos. Interesante es el pago del emperador de Constantinopla a pueblos bárbaros, entregándoles una gran cantidad de oro para que se desplacen a la parte occidental. También constar como fecha importante el 31 de diciembre de 406, fecha en la cual el Rin queda completamente helado, facilitando la penetración en el Imperio de visigodos, suevos y alanos; tras lo cual el Imperio Romano Occidental comienza a desmembrarse; creándose posteriormente estatutos de federación y reconociéndose estados. Entre otras causas que ayudan al proceso de caída del Imperio Romano de Occidente: la pérdida de funciones por parte de las ciudades; la ruralización de la vida; la debilitación de las relaciones de tipo público, en beneficio de las de tipo privado; el creciente peso de la fiscalidad imperial para comprar la fidelidad de las tropas, asegurar el aprovisionamiento de grandes ciudades, o hacer frente a las revueltas sociales, motivadas por el deterioro de la situación de los campesinos empobrecidos y las amenazas de los bárbaros. La muerte del emperador Valentiniano III pareció dejar sin funciones al Imperio, quedando en manos de unos cuantos jefes militares germanos; de los cuales Odoacro, hérulo, depuso en el año 476 al emperador Rómulo Augústulo, enviando las insignias imperiales a Constantinopla y provocando la desaparición del Imperio Romano de Occidente. En su lugar, una serie de reinos bárbaros parecían heredar su autoridad y funciones.
Las débiles monarquías que se fueron imponiendo en el extenso periodo que abarca la Edad Media tuvieron escasos, aunque honrosos esplendores como el de Justiniano I de Constantinopla (482-565) o el de Carlos I Carlomagno (742-814) o el Califato de Córdoba. Las monarquías de la Edad Media se apoyaron en la nobleza, creándose zonas de realengo y otras zonas de señorío, con distintas dependencias de dichos señoríos según el territorio o el tiempo del cual tratemos, aunque en todo, el factor común era la dependencia de los súbditos tanto en cuanto a impuestos, derecho de propiedad de las tierras y derechos de movilidad, con respecto al señorío o al realengo al cual pertenecen.
Cristianismo, religión oficial en la decadencia de la civilización romana occidental. Su institución: la Iglesia, nuevo instrumento de poder.
Al igual que las monarquías y los señoríos se instalaron en tierras occidentales por la desmembración del Imperio Romano, la Iglesia entró también en acción debido a la ambición de poder y de control de las estructuras administrativas, mediante la cual las instituciones eclesiásticas consiguieron una porción de poder que las consolidó como guías espirituales y de civilización en la oscura Edad Media. A continuación, paso a detallar el porqué de las causas sobre la adquisición del Cristianismo como religión oficial en la decadencia de la civilización romana.
Con el emperador Constantino se inicia la tolerancia del culto cristiano; hasta esta época el cristianismo tuvo constantes períodos de persecuciones, debido a que los cristianos se negaban a practicar el culto de la religión imperial y también se negaban a acatar las leyes del emperador. Entre las causas de este proceso de oficialidad del cristianismo, anteriormente perseguido, podemos aducir, en primer lugar a la educación de Constantino I, ya que su madre, Elena, era una devota cristiana que realizó numerosas peregrinaciones religiosas, visitando Jerusalén hacia el año 325, donde por orden de su hijo Constantino funda la Iglesia del Santo Sepulcro, la cual une la basílica romana, que cubriese la colina del Gólgota, a la sepultura de Jesús de Nazaret, y también la iglesia de la Natividad en Belén. A modo anecdótico, también podríamos comentar el sueño de Constantino, antes de la batalla del puente Milvio de Roma, donde se le apareció la imagen de la cruz: con este símbolo vencerás, y al día siguiente venció a Majencio, adquiriendo el poder de la parte occidental del Imperio. Aunque las verdaderas causas del resurgimiento del cristianismo, debemos buscarlas en el plano político y social, ya que los cristianos estaban incluidos en todas las capas sociales, incluso las más altas, y por intereses era conveniente una apertura de relaciones del Imperio con el cristianismo, la cual se formaliza, en un momento convulsivo, mediante el Edicto de Milán, dictado por el emperador Constantino.
También debemos resaltar que, en estas épocas de crisis, la difusión de religiones menos cívicas y colectivas, y más salvíficas y personales, encontraba su caldo de cultivo en la sociedad romana. Entendamos también que Constantino, aunque no se bautizó hasta poco antes de su muerte, presidía las reuniones de los eclesiásticos romanos, decidiendo en aspectos transcendentales de la religión cristiana. Constantino autorizó a las iglesias a recibir donaciones y herencias, concediendo numerosas, tanto privadas, como de bienes del fisco; además, los bienes patrimoniales de las iglesias disfrutaron de importantes exenciones fiscales; y en una disposición del 318, establece que pueda juzgarse mediante la ley cristiana mediante un tribunal constitucional, cuyas sentencias eran inviolables y su ejecución asegurada por la fuerza pública, generando una duplicidad de jurisdicciones paralelas.
Todo ello conlleva que la Iglesia cristiana tome una posición social y política consolidada en el Imperio, a la par que surjan digresiones internas, que conllevaron a la adopción de principios dogmáticos: Dogmas de Fe. Tras este razonamiento cronológico, entendamos también que el cristianismo es una religión ecléctica, basada en la figura de Jesús-Cristo, pero con connotaciones e influencias de otras muchas religiones (mitraísmo, egipcia, …); lo cual lleva al cristianismo a un efecto encaje con la civilización romana; consiguiéndose, luego del fracaso de Juliano el Apóstata de retornar a la antigua religión pagana, que el Imperio sea oficialmente cristiano. El efecto encaje mencionado anteriormente se puede observar con la adjudicación del 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús, cuando correspondía a las antiguas fiestas saturnales, o luego con Aureliano, a la simbología solar. También se puede observar en el calendario, en la asignación de santos y festividades durante todos los días del año, en sustitución de fechas romanas; así como en el apropiamiento por la institución del Papado del título de Pontífex Maximus. Por tanto, debemos considerar la politización y romanización de las instituciones cristianas como clave en este proceso de oficialidad del cristianismo, convirtiéndose en una religión al servicio de los poderes seculares, y por lo tanto el ritual público predominó sobre la creencia personal, heredando el episcopado la ecuación romana: ciudad y cultura / civilización.
Condicionantes de las relaciones de control del poder en la Edad Media.
Tras todo lo expuesto anteriormente se observa que en la Edad Media confluyen dos tipos de poder diferentes: el poder absoluto de la monarquía, junto a la nobleza, como sus allegados, y por otra parte el poder espiritual y omnipotente de la Iglesia. Todo ello encajó bien debido a que las monarquías necesitaban de una ideología para su pervivencia a lo largo de los tiempos, dicho ideario fue ofrecido por la Iglesia, la cual legitimaba la monarquía y el orden feudal, recibiendo múltiples privilegios y reparto de poder por ello. Entre los privilegios recibidos por la Iglesia destaca su exención de tributar, más aún su privigio de percibir distintos tributos, peajes y derechos, entre los cuales destaca el Diezmo. La doctrina cristiana se basaba en la fe en Dios, como el supremo; todo ello matizado progresivamente por diversos dogmas de fe, que se gestaban en los sucesivos concilios realizados, para solucionar las dificultades y problemas de interpretación de las escrituras, y de este modo, poder guiar de forma convincente las almas humanas en su peregrinaje de vida.
El conocimiento se encontraba en la élite, élite cultural, también élite religiosa, la cual se mantenía refugiada en los monasterios, donde en el amparo de la vida monacal se podía estudiar, meditar e investigar. El pueblo, la masa del pueblo sólo podía optar a trabajar para la monarquía, para la nobleza, para la Iglesia, o a lo sumo a alquilar pequeñas parcelas de tierra, de las cuales debía pagar unas rentas, o a tener propiedades consuetudinarias, de las cuales solo eran parcialmente propietarios y estaban sujetos al régimen señorial correspondiente, produciéndose un hecho muy significativo que servirá de caldo de cultivo para la lucha contra el sistema establecido. La propiedad privada se basaba en los privilegios establecidos, existiendo enormes trabas para su venta, herencia o movilización.
En esta situación los medios de producción eran muy estables y rígidos; la propiedad privada existía, aunque basada en el privilegio del nacimiento; el enriquecimiento de las masas sociales era muy difícil debido a las trabas insertas en un sistema generado para dotar de estabilidad a un poder bien localizado, el cual como contraprestación había generado unas narraciones convincentes para el mantenimiento del sistema feudal: por una parte la monarquía y el señorío actuaban como garantes de la protección personal de sus súbditos; por otra parte la Iglesia actuaba como garante de la protección espiritual de todos los miembros de la comunidad; con la diferencia clara de que el sistema de organización tanto territorial, como administrativo de la Iglesia era mucho más complejo, ya que abarcaba casi toda Europa, siendo la organización que realmente se gestó tomando como ejemplo la administración romana.
El sistema feudal de poder se mantuvo durante 1400 años aproximadamente, por un lado, la monarquía que llevó a las monarquías absolutistas, y la nobleza con sus privilegios de nacimiento; por otro lado la Iglesia con el mantenimiento de todos sus privilegios y el engrosamiento de su patrimonio, debido a las donaciones de sus fieles.
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